jueves, 24 de febrero de 2011

ACLARACION

Respecto a la noticia aparecida en www.radiohuesca.com sobre una entrada publicada en mi blog,
tengo que decir que la información tiene que ser contextualizada en el tiempo y por eso hay un párrafo que han obviado, que dice: “Hasta este momento, martes 22 de febrero de 2011, 7 horas y 50 minutos, nadie, ni Luís Felipe, ni nadie de la dirección del PSOE, se ha dirigido a mi para hablar (como se acordó en el ultimo Comité Local el pasado martes 15 de febrero) y que no tenga que enterarme por la prensa de que al final voy o no en la próxima candidatura, aunque a estas horas mas o menos creo que lo voy teniendo claro.”
Es decir en el momento de escribir en el blog solo conocía rumores o noticias que aparecían en los medios de comunicación, pero si es cierto que a las 15 horas y 13 minutos de ese mismo día 22 de febrero, hable con el candidato a la Alcaldía y Secretario General de la Agrupación Local, Luís Felipe.
Aprovecho la ocasión para decir también que yo siempre he tenido muy claro quien tiene la responsabilidad de hacer una candidatura, y a la larga un equipo de trabajo, debe tener la libertad de tomar las decisiones que estime oportunas, para lo bueno y para lo malo, para acertar o para equivocarse; de hecho yo vote a favor de la lista, tanto en el Comité Local, como después en la Asamblea de la Agrupación Local.
Mi trayectoria política y sindical siempre ha sido de lealtad con quienes he trabajado y nunca me han gustado ni los rumores interesados, ni las filtraciones a la prensa. Si algo no me gusta, o no comparto, lo digo alto y claro ante quien corresponda. Para mí el estar en un puesto u otro siempre ha sido algo circunstancial, y por eso Luís Felipe sabia que conmigo no tendría problema alguno, en ningún sentido, tanto si me incluía en la lista, como si no, es mas, creo que un ciclo de 8 años es un tiempo razonable, lo cual no es óbice para expresar que me hubiera gustado estar cuatro años mas como Concejal en el Ayuntamiento de Huesca. Pero también siempre he dejado muy claro a todo el mundo que cuando yo forma parte de un equipo se me tienen que admitir con mis virtudes y mis defectos, y sino puede ser así, prefiero no estar, "hay que estar en cielo o en el infierno pero nunca en limbo".
Lo único que no me gusta, y no acabo de acostumbrarme son las formas y maneras que se llevan estos procesos, que no llevan sino a enturbiar los mismos, a dar que hablar sin ningún fundamento, a deteriorar relaciones personales, y que se hable mas “del fuero que del huevo”. Por mi parte el asunto esta zanjado desde el mismo momento que salí del Comité Local, los responsables del PSOE saben que pueden contar conmigo para lo que yo pueda aportar desde mi experiencia, y como escribí en tanto en Facebook como en Twitter “finaliza una larga etapa de mi vida que se inicio en 1979 siendo muy joven, (y que a lo mejor algún día contare) pero como contrapartida se puede iniciar otra, con unos horizontes mucho mas ilusionantes”.
Para terminar una frase, “Existen tantas formas de dejar el poder como de acceder al mismo y ejercerlo. Depende de la naturaleza de cada persona y sus circunstancias.” (Manuel Pimentel, editor y ex ministro del Gobierno del Partido Popular (EL PAÍS, 21/02/08))

miércoles, 23 de febrero de 2011

Hay vida después de la política

Mientras caminaba en dirección a mi casa, después de la Asamblea de la Agrupación Local, me he acordado de este magnifico articulo que reproduzco a continuación.
Hay vida después de la política Por Manuel Pimentel, editor y ex ministro del Gobierno del Partido Popular (EL PAÍS, 21/02/08):
Estamos inmersos en la recta final de unas elecciones generales y andaluzas. Las urnas decidirán quién gobierna y quién calienta los fríos banquillos de la oposición. Mientras los ciudadanos deciden su voto, cientos de candidatos sueñan con alcanzar el escaño deseado. Algunos repetirán en el asiento que ostentaron en anteriores legislaturas, mientras que otros se verán forzados a abandonarlos. Entramos en un periodo de mudanza. Habrá quien ascienda a los cielos y quien se vea arrastrado hasta los profundos infiernos. Desasosiego para casi todos, a la espera del veredicto final. Todos esperamos conocer a los elegidos… mientras que ya hemos empezado a olvidar a los que atrás se quedaron. La memoria es frágil, y entierra rápido nombres y caras. ¿Quién se acuerda de ministros y diputados pasados cuando a la mayoría de los actuales ni siquiera se les pone cara? Pues nosotros sí lo haremos. Precisamente, esos que ya no serán, son nuestros protagonistas.
Se habla mucho de la vida política, pero muy poco de la vida de las personas tras un paso intenso por sus mieles y sus hieles. La política se vive con tal intensidad que apenas se piensa en el día después. Algunos creen que, como en la canción de Rocío Jurado, el invierno nunca les llegará hasta que lo tienen encima. Y mientras unos pueden encontrar un refugio caliente, a otros nos les queda sino el tiritar y el crujir de dientes. ¿Puede ofrecer la vida a un ciudadano corriente las oportunidades y los alicientes que se encontraron mientras se ostentaba el cargo público? Pues depende. Para unos sí y para otros no. Pero no adelantemos argumentos. Estábamos en la campaña electoral. A estas alturas, ya existen los que han dado sus primeros pasos fuera de la política. Son los que no repitieron en las listas. Que nuestro sistema de listas cerradas y bloqueadas tiene estas cosas. Desde arriba se señala a quién se coloca en puestos de salida y a quién se relega a los testimoniales o al olvido. Y eso otorga mucho poder a quien lo decide.
Un porcentaje significativo del aparato de nuestros partidos está constituido por personas que echaron los dientes en la política. Se afiliaron jóvenes al partido de sus ideales y le dedicaron los mejores esfuerzos de su juventud. Con estudios universitarios o sin ellos, la mayoría nunca tuvo un oficio fuera de los cargos de partido o institucionales. Nada saben de la vida de la empresa, ni de las cuitas de los trabajadores o de los funcionarios. La calle les da miedo y sufren el horror al vacío del exterior. Sin el partido no son nada, son dependientes de su estructura. Ofrecen docilidad y trabajo a cambio de continuidad. Alfonso Guerra entendió a la perfección esa dinámica cuando pronunció la frase que tan célebre resultaría: “El que se mueva no sale en la foto”. Obedecen al que manda para poder continuar. Y la dependencia también es social y afectiva. Muchos apenas tienen amigos fuera del partido. Cuando la política los deja, caen en un abismo vacío.
Para el que sienta una vocación pública, la política es hermosa, a pesar de sus frecuentes sinsabores. Por eso les cuesta tanto abandonarla. La mayoría de los políticos suelen reengancharse de una u otra forma al presupuesto público hasta constituir verdaderas gerontocracias. Basta echar un vistazo a la política europea para comprender hasta qué punto sus efectivos pertenecen a las viejas glorias. Ese aferrarse a los cargos impide la entrada de sangre nueva. Aunque algunos cargos siguen aportando con su valía y experiencia, muchos se limitan a vegetar, vencidos por el cinismo de la realidad. A éstos deberíamos recordarles que existe vida fuera de la política, donde se afanan millones de ciudadanos corrientes, sin otros privilegios que el de sus propios derechos constitucionales.
La política es una experiencia extraordinariamente enriquecedora. Quien ha pasado por ella tendrá que reconocer que le modificó como persona. Se sale mucho más maduro y sabio de lo que se entra. Desde la política se disfruta de la visión más amplia de la sociedad. Se descubre que todo es más complejo y más rico. Esa sabiduría adquirida le servirá en su vida futura. Y no tan sólo por los contactos adquiridos -que siempre son temporales y con plazo caduco-, sino por la experiencia y el conocimiento.
Las democracias se preocupan por el futuro de sus presidentes. En España garantizamos un sueldo vitalicio y unos gastos de oficina a nuestros presidentes de Gobierno una vez finalizados sus mandatos. Es una buena medida. Esta seguridad económica evita, por una parte, que los presidentes tengan que preocuparse por su futuro mientras estén gobernando. Así ganan independencia frente a los intereses de todo tipo. Por otra parte, también les evita el tener que ponerse a trabajar en lo primero que salga. Nuestros ex presidentes nos siguen representando, y deseamos que lo hagan de la forma más digna posible.
“Lo bueno que tiene ser ministro” -te dicen el mismo día de tu nombramiento- es que ya serás ex ministro para toda la vida”. Lo de ex ministro es un grado, una distinción, que, aunque no conlleva prebenda económica alguna, adorna y perfuma. Hasta la democracia, quedaba el sueldo vitalicio de ministro. Afortunadamente, ese privilegio pasó a la historia como tantos otros. En la actualidad, el ex ministro cobra durante dos años un porcentaje del sueldo que se tenía como ministro y, creo, que, tras la jubilación, la pensión máxima que concede la Seguridad Social.
Recuerdo los debates que tuvimos en torno al derecho a la prestación de desempleo para los alcaldes y concejales. Se quejaban de que después de muchos años de intenso trabajo, cotizando como cualquier hijo de vecino, se veían en la calle sin ningún colchón que le amortiguara la salida. Tenían razón. Si cualquier trabajador que ha cotizado tiene derecho al paro, ¿por qué no los alcaldes y concejales?
Para muchos ex políticos no resulta fácil adaptarse a una vida laboral ordinaria. Acostumbrado a salir en los medios de comunicación, se sienten ninguneados si los flashes no disparan en su honor. Quien basó su prestigio y su éxito personal en el poder, no logra adaptarse a las circunstancias de la normal ciudadanía. Se siente despreciados, minusvalorados por el resto. No logra encontrar su hueco en un trabajo ordinario. El mal de las alturas no les abandonará en mucho tiempo. El inefable Pío Cabanillas afirmaba que lo que más notaba cuando perdía el poder era que “los teléfonos no suenan”. Esa invisibilidad afecta su autoestima.
Existen tantas formas de dejar el poder como de acceder al mismo y ejercerlo. Depende de la naturaleza de cada persona y sus circunstancias. No tiene nada que ver la tranquilidad con la que encamina su futuro quien lo tiene resuelto -funcionarios o profesionales por ejemplo- con aquellos que no tienen red de seguridad a su salida. No es lo mismo haber sido ministro, lo que te confiere una alta notoriedad, que cualquier otra responsabilidad inferior. Los consejos de administración y la participación en conferencias y congresos de variada naturaleza suponen una fuente de ingresos para los “ex” más demandados.
Todo aquel que tiene responsabilidad política trabaja bajo presión motivada tanto por la responsabilidad como por el estar expuesto a la opinión pública. Cuando la abandona, necesariamente tiene que pasar un periodo de descompresión. Recuerdo que cuando dejé el ministerio me hice la pregunta: “Y ahora, ¿qué?”. Tenía que encontrar una actividad que me motivase de igual manera. Afortunadamente, la encontré en los libros.
Existe vida después de la política, aunque a algunos les cueste creerlo.

Alea jacta est (la suerte está echada.)

Alea jacta est o Alea iacta est es una locución latina de uso actual que significa se echó el dado, el dado fue echado o la suerte está echada. Es una expresión atribuida por Suetonio a Julio César en el momento de cruzar el río Rubicón, límite entre Italia y la Galia Cisalpina(provincia que el Senado romano le había asignado). Con este paso, se rebeló contra la autoridad del Senado y dio comienzo a la largaguerra civil contra Pompeyo y los Optimates. Según algunas versiones, César usó el imperativo “jaci” en lugar del pasivo “jacta est” (“¡Echad la suerte!”).
En realidad, parece ser, si se cree a Plutarco, que la frase fue dicha en griego, tomándola de un verso del comediógrafo Menandro, con el sentido de "los dados están echados (esperemos ahora la suerte)". El escritor era al parecer uno de los favoritos de César.
Seguramente, la fuente que usó Plutarco para decir esto, sería el Prólogo del libro de Historias de Asinio Polión, partidario del bando cesariano, que comentó la anécdota, puesto que, por su cercanía a César, tal vez lo hubiera escuchado en el momento de cruzar el Rubicón. Es posible que Horacio oyera esto al propio Asinio Polión en la "recitatio" (término latino que se refiere a una especie de presentaciones de libros en sociedad, cuya forma final en época de Augusto se debe a Polión en persona) de su obra.
La frase en griego (ανερριφθω κυβος) está, pues, en Menandro 65.4 y Plutarco Caes. 32. En latín, tal vez la traducción más rigurosa sería:"jacta esto alea" y podríamos traducirla como "que se lance el dado" "que esté el dado lanzado" con el sentido que arriba se ha comentado.
La oración implica que él había tomado el riesgo y pasado un “punto de no retorno”, es decir, él no podía retroceder de lo que había hecho, como el jugador que ha apostado todo a una tirada de dados. Hoy en día, la frase significa dar un paso irrevocable, generalmente de riesgo o confrontación.
Gramaticalmente, está formada por el nominativo de alea, -ae (suerte) y el participio perfecto de iacio (lanzar, echar) más el verbo sum (ser, estar).

martes, 22 de febrero de 2011

Rumores, rumores, rumores, ....

El/la que filtro la noticia al Heraldo, el miercoles de la semana pasada, intento crear un caldo de cultivo, extendiendo un rumor que es totalmente falso, de que mi intención era la de no repetir como concejal en las listas del PSOE en la proxima legislatura y asi dar una coartada a Luis felipe para no incluirme en su lista y dejar sitio para otras personas mas afines.
Yo hasta ayer no le di mas importancia, pensando que era la clasica especulación ante cualquier proceso de estas caracteristicas, pero ayer comprendi que me equivoque al no salir automaticamente a desmentir el rumor, para evitar que por lo menos no sirviera de coartada para justificar ante ciudadanos de buena fe porque no voy en las listas.
Hasta este momento, martes 22 de febrero de 2011, 7 horas y 50 minutos, nadie, ni Luis Felipe, ni nadie de la direccion del PSOE, se ha dirigido a mi para hablar (como se acordo en el ultimo Comite Local el pasado martes 15 de febrero) y que no tenga que entararme por la prensa de que al final voy o no en la proxima candidatura, aunque a estas horas mas o menos creo que lo voy teniendo claro.
Aunque como me decia ayer un compañero de corporación, es mejor marcharte tu 5 minutos antes de que te despachen de un sitio, pero el tiempo pone y quita razones y al final todo se sabe.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sobre el liderazgo político

En general, el liderazgo politico es la resultante de la mezcla de convicciones profundas sobre un proyecto, adobadas por un carisma personal que permite una transmisión de fuerte impacto de ideas y mensajes a la opinión pública, a lo que debe añadirse la capacidad de asumir riesgos ante situaciones difíciles, incluso contracorriente, cuando los demás dudan. Las democracias mediáticas e irreflexivas son enemigas de los liderazgos sólidos En éstas priman los sondeos de opinión sobre las convicciones. Los líderes políticos se dejan arrastrar por las tendencias diarias de la opinión pública. lmpera la simplificación de los mensajes para ajustarse al minuto de los informativos en contra del razonamiento y la pedagogía necesaria para convencer a la ciudadanía.
Felipe González, en su reciente libro Mi idea de Europa, dedica un capítulo al tema de los liderazgos políticos y lo aborda, desde mi punto de vista, con planteamientos novedosos y originales. Está extendida la idea de que a la crisis de la Unión Europea hay que añadirle, como una causa más de la misma o como dato objetivo de la realidad, la ausencia de un liderazgo político en la construcción europea sustitutivo del que ejercieron Helmut Kohl, Mitterrand, Jacques Delors y Felipe González.
Este último, en el libro mencionado, apunta hasta cinco condiciones que debe reunir el liderazgo político.
"La primera es un compromiso fuerte y no mercenario con el proyecto que se ofrece y se representa, cualquiera que sea su naturaleza. Nadie que no crea en lo que hace y ofrece, genera esa credibilidad imprescindible para el ejercicio del liderazgo". Es evidente que sin convicciones sólidas no hay liderazgo. Max Weber desarrolló con profundidad esta cuestión distinguiendo entre la ética de las convicciones y la de la responsabilidad.
"La segunda condición —prosigue Felipe González— es la capacidad del líder de hacerse cargo del estado de ánimo de los demás". Esta condición me parece novedosa. González le plantea al político que sea capaz de diagnosticar cuál es el estado de ánimo de sus conciudadanos, faceta que tiene un componente sociológico, no para "seguir su estela, sino para cambiarlo en relación con el proyecto que se ofrece". "Si el líder no es consciente de que existe un estado de ánimo negativo no podrá intentar cambiarlo. No basta que un líder sea optimista si no se hace cargo del estado de ánimo de sus conciudadanos. El optimismo sin realismo "conduce a la melancolía, al distanciamiento y a la frustración".
La tercera característica del liderazgo reside en la capacidad para cambiar el estado de ánimo de los ciudadanos. Para ello es necesario no confundir el poder con la autoridad como cualidad moral. "Sin ésta el liderazgo desaparece, no queda ese resto de influencia sobre los comportamientos de los demás característico del buen liderazgo. Poder sin autoridad queda en nada cuando el mismo se pierde".
La cuarta condición del liderazgo "es la fortaleza emocional, que no debe confundirse con la inteligencia emocional de la que tanto se habla y con tampoco fundamento. Se identifica con la capacidad de no dejarse arrastrar por el éxito ni por el fracaso. Felipe González recupera en su reflexión el riesgo, que él señaló en su día, de "morir de éxito". "Si las cosas van bien, ¿por qué necesitamos cambiar? Debemos cambiar porque la realidad ha cambiado, si no cambiamos vamos a salimos de la realidad, o la realidad se va a alejar de nosotros".
La quinta cualidad del líder, en la sociedad actual, debe ser "una gran capacidad de coordinar equipos humanos y procesar información de una manera operativa". El líder debe elegir a los mejores aunque se encuentre con personalidades fuertes que quieran expresar sus opiniones y que a menudo se enfrentarán entre ellos por sus diferentes posiciones. "La habilidad del liderazgo pasa por sacar de cada una de esas personalidades lo mejor que puedan dar de sí mismas".
Finalmente Felipe González concluye sus razonamientos con una reflexión interesante sobre las instituciones y los liderazgos. "Si las instituciones son fuertes la gente tiende a tener comportamientos razonables y si las instituciones son malas, tiende a tener malos comportamientos". Pone como ejemplo la situación de algunos países emergentes en los que, de la mano de instituciones malas o frágiles, "el liderazgo se convierte en un ejercicio que va de la discrecionalidad a la arbitrariedad". Instituciones débiles propician el populismo, entendido como la pretensión del líder de gobernar al margen de las instituciones buscando la comunicación directa con el pueblo.
Considero que estas reflexiones son de mucho interés ya que vivimos en sociedades cada vez más complejas, fácilmente desorientables en cuanto al interés general, y en las que la política va siendo desplazada de su tarea esencial de ordenar democráticamente la convivencia civilizada entre las personas.
Articulo de opinión del Diputado del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso José María Benegas .


jueves, 10 de febrero de 2011

El cuaderno de German II

Ha finales del mes de julio termine de escribir el anterior cuaderno, luego llego el verano, la huelga general, el buen tiempo, San Lorenzo, y cuando me quise dar cuenta era ya septiembre,  y no encontraba un estimulo para continuar escribiendo en el anterior cuaderno, por Navidades me percate de que ya no le quedaban hojas al pobre cuaderno de Germán, para poder escribir en el.

Al principio de este mes de febrero, y no me pregunten porque motivo, he vuelto a retomar esto de la informática, estoy reestructurando mis blogs, ver http://www.germansanromansese.com/ y voy a continuar escribiendo en un nuevo cuaderno que sera el II.

Para empezar voy a poner un articulo de José María Benegas "Sobre el liderazgo político" publicado en la revista el SIGLO la semana pasada y que me ha hecho llegar Marta Gaston